Un motociclista que viajaba por la Ruta Nacional 34 terminó internado en el hospital Oscar Orías después de protagonizar un accidente tan improbable que, según testigos, dejó a todos “sin saber si ayudar o reírse”. La causa fue una bombacha que, arrastrada por el viento, se le incrustó en el rostro a toda velocidad, obligándolo a maniobrar sin éxito para no caer.
El hombre, de 32 años, sufrió politraumatismos y fue atendido de urgencia. Voces policiales señalaron que “el impacto fue limpio”, una forma diplomática de describir la escena que circuló en redes con una mezcla de estupor y sarcasmo. Nadie pudo precisar cómo llegó la prenda hasta el asfalto, aunque algunas versiones hablan de tendales mal asegurados y otras, más picantes, de un vehículo que habría dejado “rastros” a su paso.
Entre vecinos se comenta que no es la primera vez que objetos íntimos aparecen volando en la zona tras una ráfaga fuerte, pero nadie quiere confirmarlo formalmente. Mientras tanto, el accidente reabre el debate sobre la cantidad de imponderables que acechan en las rutas norteñas, donde incluso una bombacha al viento puede convertirse en un problema de hospital.