De gurú a fantasma: el nuevo hermetismo de Santiago Caputo en la Rosada

Funcionarios y empresarios ya no hacen fila para verlo. “Todo pasa por Karina”, admiten en voz baja dentro del Gobierno.

Durante los primeros meses del gobierno, el despacho que ocupa Santiago Caputo en la Casa Rosada era una romería. Funcionarios, empresarios, lobbistas y hasta influencers hacían fila para hablar con “el cerebro en las sombras”. Según cuentan fuentes que prefieren mantenerse en reserva, conseguir una reunión con él valía más que una foto con el Presidente.

Pero los tiempos cambiaron. Desde que Karina Milei consolidó su dominio sobre el aparato libertario, el pasillo que conduce a la oficina de Caputo luce desierto. “Ya no recibe a nadie”, asegura un asesor que lo frecuentaba. Otros deslizan que el consultor estrella decidió “bajar el perfil” tras algunas tensiones internas que nadie se anima a detallar.

El clima en la Rosada, dicen, se volvió hermético. “Todo pasa por Karina”, repiten incluso funcionarios de segunda línea. Caputo, mientras tanto, sigue yendo algunos días, pero su presencia ya no genera la misma peregrinación. Algunos se preguntan si todavía tiene poder real o si, como murmura un empleado del primer piso, “el despacho sigue ahí solo por costumbre”.

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