A continuación, las cinco teorías conspirativas más extravagantes —y persistentes— que circulan en despachos, foros libertarios y lobbies internacionales sobre el presunto acuerdo secreto entre Javier Milei y Donald Trump.
1. Bases militares en Formosa y Misiones para “blindar la frontera energética”
La primera y más difundida teoría sostiene que Caputo habría explorado con emisarios trumpistas la posibilidad de instalar dos bases militares estadounidenses en Formosa y Misiones. El argumento formal sería “monitoreo geoestratégico”, pero la versión conspirativa dice otra cosa: Washington querría un “corredor seguro” para controlar el flujo de litio, energía y biomasa del norte argentino. En esta hipótesis, Milei habría aceptado “estudiar” la propuesta a cambio de apoyo financiero para atravesar 2026 sin crisis cambiaria. Y Gildo Insfrán había aceptado la oferta a cambio de un jugoso maletín.
2. Tokenizar el agua de los glaciares para convertirla en un activo financiero global
La teoría más delirante —pero también la más comentada en redes cripto— afirma que Trump y su círculo vieron en la Patagonia la oportunidad de un nuevo mercado de “water tokens”. La idea sería tokenizar el agua de los glaciares andinos para comercializarla como activo estratégico, con Argentina como “arbitro” del recurso y Bessent como arquitecto monetario. Según esta versión, el potencial de ese mercado sería tan grande que convertiría a la Patagonia en el “nuevo oro azul de Occidente”.
3. Una zona franca global en Tierra del Fuego, libre de impuestos y con leyes especiales
Otra hipótesis asegura que Caputo llevó a Nueva York un proyecto para transformar la localidad de Tolhuin en un territorio económico autónomo, sin impuestos nacionales, con leyes laborales ultraflexibles y gobernanza mixta entre Argentina y un consorcio de empresas estadounidenses. Sus impulsores la llaman “Dubai del Sur”. Sus detractores: “la venta del fin del mundo”. Nicolás Caputo y Rubén Cherñajovsky hicieron saber su preocupación por el desembarco de competencia.
4. Laboratorios para pruebas con desechos patógenos y experimentación biotecnológica
La teoría más oscura sostiene que el acuerdo Milei–Trump incluiría la instalación en el sur del país de “laboratorios de experimentación con desechos patógenos nucleares y biológicos”, provenientes de investigaciones que EEUU y otros países no pueden realizar en su propio territorio por restricciones regulatorias. Se trataría de un “centro de experimentación avanzada en zonas de baja densidad poblacional”. Voceros del gobierno lo desmienten de manera tan enfática que, para algunos, eso solo alimenta el mito.
5. Trump busca frenar a China en Sudamérica y vio en Milei una pintoresca marioneta
La quinta hipótesis intenta racionalizar el resto: Trump, cada vez más aislado en Sudamérica y preocupado por la expansión china en infraestructura, energía y telecomunicaciones, habría encontrado en Milei un aliado ideológico perfecto.
Según esta versión, Scott Bessent detectó que podía convertir la economía argentina en un laboratorio de desregulación total financiado por capitales amigos, creando un experimento geopolítico que a la vez fuera un negocio extraordinario para su círculo. El objetivo final sería convertir a Argentina en el baluarte anti-China del hemisferio, aun si eso implica navegar turbulencias políticas internas.
Ninguna de estas teorías tiene confirmación oficial, pero su circulación persistente revela algo: el vacío de información del gobierno y el magnetismo que generan las figuras de Milei y Trump están produciendo un ecosistema perfecto para la imaginación conspirativa.
Mientras tanto, Totó Caputo guarda silencio. Y, como suele ocurrir en la política argentina, cuando nadie explica nada, las teorías explican todo.

