La reunión, cuentan testigos, fue “intensa”. Galperín lo habría citado en una casa frente al mar, acompañado por su equipo de marketing. “Franco llegó con su representante y tiró un número que hizo ruido hasta en la casa de Mirtha”, relató una fuente del entorno del empresario. El número —según versiones coincidentes— superaba el millón de dólares.
Galperín, que no suele dejarse impresionar, le habría respondido con ironía: “Todavía no ganaste una carrera, parecés kirchnerista pidiendo subsidios”. La frase cayó pesada. Pero, tras varios cruces y algún portazo simbólico, el acuerdo terminó cerrándose en torno a los 400 mil dólares, según fuentes cercanas a la operación.
Entre risas, Galperín le habría advertido que, si no aceptaba, ya tenían “un plan B”: Wanda Nara y un doble de Colapinto que había sido casteado para una campaña de TikTok. “Era una manera de presionar, pero también de medir hasta dónde se plantaba el pibe”, explicó un creativo que participa de las campañas de Mercado Libre.
Pese a la tensión, ambos coincidieron en un punto: su apoyo a Javier Milei. “Ahí se aflojaron. Franco habló de libertad, Galperín levantó la copa. Fue un pacto ideológico más que comercial”, aseguró otro testigo, que pidió reserva de identidad.
Desde el entorno de Colapinto niegan que haya habido “roces personales”, aunque admiten que “la charla fue fuerte”. Del lado de Galperín, dejaron trascender que el piloto “tiene más propuestas publicitarias que podios”, y que “con lo que factura en sponsors ya no necesita ganar carreras”.
Una versión circula entre agencias: Colapinto habría sido tentado por Coto para realizar la campaña publicitaria que terminó llevando adelante Rodrigo De Paul. Pero, según allegados, el piloto lo rechazó sin dudar: *“No quiero ser la cara de una góndola, me parece mersa”*, habría dicho.
Por ahora, el acuerdo con Mercado Pago lo ubica como uno de los deportistas argentinos mejor pagos fuera de la cancha. Fuentes cercanas a Galperín aseguran que el empresario quedó conforme: *“Franco tiene lo que le falta a muchos influencers: credibilidad. Y un poco de soberbia, que también vende”*.