Un grupo de Whatsapp paralelo sacude la calma en Casa Rosada

Un alto funcionario descubrió, casi por accidente, que existía un grupo idéntico al suyo… pero sin él. En un Gobierno donde el Presidente evita los despidos frontales, el gesto se leyó como una antesala conocida.

En la Rosada todos conocen el patrón: a Javier Milei le cuesta enfrentar directamente a quienes debe eyectar. Pasó con Nicolás Posse y también con Guillermo Francos, que se fueron sin el abrazo ni la conversación que esperaban. Ese estilo, basado en silencios prolongados más que en definiciones claras, convirtió a los grupos de WhatsApp en un termómetro político donde las ausencias dicen más que las palabras. Y el Presidente, que integra varios de esos chats, sigue de cerca cada movimiento.

En ese contexto ocurrió el episodio que ahora corre en murmullos. Un alto funcionario vio de casualidad, en el teléfono de un colega, un grupo casi idéntico al que él integra junto al Presidente: mismo nombre, mismos integrantes, misma función… salvo por el detalle que lo dejó helado: él no figuraba. La exclusión, discreta y quirúrgica, fue leída como un aviso previo a la salida. En Balcarce 50 minimizan el tema, pero en los pasillos ya lo dan por hecho: cuando aparece un chat paralelo y Milei está adentro, el que quedó afuera ya empezó a irse.

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