Un negociado sobre los caños: El Paseo Gigena de Caputo y Bausili, sin canon y con obras financiadas por la Ciudad

El predio de 12.000 metros cuadrados frente al Hipódromo de Palermo fue concesionado a un fideicomiso ligado a los funcionarios de Milei. No paga canon desde su inauguración y el Gobierno porteño incluyó casi $15.000 millones en el Presupuesto 2026-2027 para financiar obras que beneficiarían al emprendimiento. Mientras los locales se alquilan en dólares, los porteños costean el traslado de los caños de AYSA que lo sostienen literalmente desde abajo.

El Paseo Gigena, levantado sobre el antiguo estacionamiento Dorrego, es hoy uno de los proyectos más vistosos de Palermo y, al mismo tiempo, uno de los más enigmáticos en términos contables. La concesión, otorgada durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta al Fideicomiso Dorrego, integrado por BSD y Anker Latam, la consultora que en su momento lideraron Luis “Toto” Caputo y Santiago Bausili, estableció un canon diferido por años. Según el contrato, la empresa recién empezará a pagar en 2032. Hasta entonces, el Estado porteño se conforma con mirar cómo los locales se alquilan entre 32 y 36 dólares el metro cuadrado. “El canon está congelado, pero el negocio no”, deslizó con cierta resignación un funcionario del Ministerio de Desarrollo Urbano.

El punto delicado del caso no está en las cifras, sino en el subsuelo. Bajo el complejo corren los caños maestros de AYSA, líneas de agua centenarias que abastecen a buena parte del norte y el centro de la Ciudad. Para garantizar la seguridad del emprendimiento, el Presupuesto de Jorge Macri prevé partidas por $14.851 millones destinadas al “traslado y refacción del área del Paseo Gigena”. “Es una obra carísima que, en teoría, debían hacer los concesionarios. Pero se resolvió que la Ciudad la asuma porque el riesgo de tocar esos caños es enorme. Nadie quería firmar eso”, comentó una fuente del Gobierno porteño, sin ocultar cierta incomodidad.

En los despachos oficiales se repite una frase: “Era esto o frenar todo”. La obra ya está adjudicada y las críticas crecen en la Legislatura. El legislador Juan Manuel Valdés señaló que “se destinarán miles de millones a un negocio privado que no paga canon desde 2020”. Desde AYSA, técnicos consultados reconocen que el riesgo hídrico es real, aunque evitan hablar de responsabilidades. “Si un caño se pincha ahí abajo, no se inunda Palermo: se inunda la política”, bromeó un exasesor de la empresa. Nadie lo contradijo.

Scroll al inicio